Hace tiempo que entendi un poco por dónde pasaba lo que a mi más me motivaba hacer en la facu en un rol, con el tiempo adquirido, de "docente", pseudo "docente", "profesor ad honorem" o cómo quiera que se llame. En realidad, no veo muy reflejado en ese tipo de nomenclatura lo que a mi me gusta hacer... o al menos en dónde yo más cómo me siento. Yo creo que es simple y directo, a mi me gusta empujar, hacia adelante, motivar, a moverse, a probar, a pegarse el palo... es decir, creo que el cuerpo "docente" entero lo hace, y labura para que aunque no se sienta ese empuje directo, este ahi metido, en cada ejercicio y en cada clase.
Y lo interesante de ese empuje, es que al cabo de un año lleva a que la gente le empiece a tomar ese gustito especial al "hacer", a transformar, a buscar esa herramienta que tenemos en algún lado de la cabeza que permite que de un día para el otro, un cartón de dos milimetros se transforma en un hall con núcleo de escaleras... por ejemplo. Ese pedazo del marote, que yo creo que es un músculo, y que cómo todo músculo puede y debe ser ejercitado, en un momento empieza a necesitar ejercicio, empieza a buscar dónde y cómo "hacer". Ese músculo bien ejercitado, es el que a uno le permite ser proactivo, y diseñar sin cliente, proyectar sin programa, buscar en cierto punto un lugar en dónde ese músculo se pueda ejercitar tranquilamente.
Yo creo que el ejercicio final de este año es definitivamente ese último golpe de entrenamiento antes de que el músculo empiece a pedir por si sólo... es notable cómo algunos ya lo tienen completamente desarrollado, y en días confusos cómo los de hoy, se ven las caras ávidas de diseño, y de proyecto, con ganas y energía para hacer ese esfuerzo final. Lo interesante de este ejercicio, es que esas ganas y energía que quizás hoy no tienen todos, se contagia, fácilmente se contagia, y a medida que se acerca la fecha, la energía corre por el aire.
Hace poco me crucé con una serie de alumnos del año pasado, y les comenté lo que estabamos preparando, el 100% no sólo recordaba el concurso cómo un buen momento, sino que además se propusieron para venir a ayudar (de hecho Martin Balaciano vino y ejecutó una de las tareas más tediosas, con tal de colaborar con la causa). Creo que eso demuestra un poco lo que sucede con ese músculo tras este ejercicio...
Para terminar, y meter algo más de empuje, el pasado invierno, tuve la suerte de viajar y conocer una de las cuatro universidades de arquitectura más prestigiosas de los últimos años, la Architectural Association de Londres, y la verdad es que al recorrerla, y ver la innumerable cantidad de maquetas hechas con routers automáticos, cutters lasers e impresoras tridimensionales, encontre una serie de piezas con las que me pude relacionar más directamente. Desplegado por toda la universidad, que no son más que una serie de casas típicas inglesas pegoteadas, había una serie de intervenciones hechas por alumnos de Grado y Posgrado, desarrolladas en escala uno en uno, y que estaban expuestas a modo de catálogo de intervenciones de años anteriores. Fue entonces, que me di cuenta, que más allá de los recursos, las tecnologías, y seguramente los tiempos, estabamos haciendo practicamente lo mismo... básicamente estabamos "haciendo"...
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